Páginas

sábado, 22 de junio de 2013

Ciudades y Movilidad Sostenible

Por: Alexa Wiskott y Daniel Paz. Consultores en Planificación Urbana. Junio 2013

La configuración urbana de una ciudad, tiene una influencia directa y definitiva sobre su tipo de movilidad. Hay ciudades hechas para el vehículo privado donde hasta un 70% del espacio está dedicado a infraestructuras viales, y otras ciudades que se desarrollan alrededor del transporte público, como Curitiba (Brasil) que crece como estrella, teniendo en cada una de sus “puntas” una línea de transporte masivo.
Siendo única, cada ciudad necesita
soluciones exclusivas. La forma de la ciudad, la ubicación de sus centralidades, la distribución de su densidad, etc. intervienen en el análisis. Un ejemplo de las relaciones entre urbanismo y movilidad, podría ser la comparación entre La Paz y El Alto en materia de transporte masivo terrestre, ¿por donde pasaría? Por su configuración accidentada, la primera línea en la ciudad de La Paz debe claramente atravesar por el eje central (Ceja – Prado – Calacoto). El Alto en cambio, al tener una configuración urbana totalmente diferente, necesitaría más estudios complementarios para determinar el o los flujos principales.
La densidad urbana, es el factor urbanístico determinante para la utilización del vehículo privado o los modos de transporte sostenible. Muchas ciudades se desarrollan actualmente con densidad muy baja, siguiendo un concepto urbano donde cada familia tiene su propia casa con parrillero, garaje y jardín privado. Aunque no parezca, este modelo de ciudad es poco sostenible. Paradójicamente, una ciudad con solo edificios, es mucho más respetuosa del medio ambiente, porque economiza recursos y espacio, además de ser optima para la gestión y construcción de equipamientos. Así, una ciudad compacta favorece la movilidad no motorizada, porque las distancias son cortas para peatones y ciclistas. Permite igualmente implementar sistemas de transporte público rentables, porque las líneas principales pasan cerca de los puntos con fuerte demanda en desplazamientos. El suceso de los Trufi s en las ciudades bolivianas, es una consecuencia de las bajas densidades urbanas: en barrios poco habitados, es más lógico dar servicio en autos que en buses de 120 pasajeros.
La repartición de los equipamientos (mercados, escuelas, tiendas, etc.) y de los empleos en la integralidad de la mancha urbana, es el segundo factor que puede favorecer la movilidad sostenible en una ciudad.
En muchas ciudades de tamaño intermedio, los empleos, servicios, administraciones y comercios se concentran en el centro histórico y en las afueras del mercado campesino, dividiendo la ciudad entre “zonas de actividades” y “zonas dormitorio”. Los habitantes están entonces obligados a realizar desplazamientos cada vez más largos, a medida que se extiende la mancha urbana (sobre un solo nivel). Alargar las distancias a ser recorridas, implica costos ambientales (emisiones de gases), financieros (costo del pasaje) y sociales (menos tiempo en familia). La falta de equipamientos y empleos a corta distancia de los lugares de residencia, limita también el uso de los modos de transporte no motorizados.
Densidad urbana elevada y repartición de los equipamientos son fundamentales para asegurar una movilidad en modos no-motorizados y transporte público. Pero, más allá de estos elementos urbanísticos de base, es elemental construir ciudades compactas pero agradables. Zonas urbanas dinámicas con aceras, ciclovías y calles peatonales de calidad, con transporte público de alto nivel de servicio y donde el tráfico y sus contingencias sean relegados hacia las afueras. Ciudades con espacios públicos de calidad donde se pueda disfrutar de las calles.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario